lunes, 9 de marzo de 2015

Sucedió en la peluquería.

Me levanté más temprano de lo normal. Era raro puesto que la noche anterior había salido con mi amiga A y habíamos bebido algo. Y leí un mensaje en mi móvil diciendo que aplazásemos lo de la peluquería para la tarde, que ella quería dormir por la mañana, y recordé que la noche pasada habíamos acordado ir juntos a la peluquería a ponernos el pelo rojo. Sonará a locura de adolescente, pero yo quería hacerme algún cambio.

Llegada la tarde fuimos a una peluquería de mi ciudad, y nos atendieron un chico y una chica. Y por sexos se repartió la cosa, yo me fui con el chico, y A con la chica. Él era un chico joven, de unos ventipocos, con el pelo medio largo con un moño o una especie de peinado moderno que le daba un punto interesante. Tenía un rostro muy atractivo, con barba acompañado de una blanca e inocente sonrisa. Llevaba manga corta y se le notaban unos brazos fuertes pese a su complexión delgada. En el antebrazo tenía tatuados seis rombos, uno de cada color del arco iris, posicionados de forma hexagonal haciendo la figura de una flor. Su voz era suave, algo amanerada, pero que no lo volvía femenino, si no algo más sexy. 

Me llevó a la trastienda para saber más que me quería hacer en el pelo, y trató de convencerme para no teñírmelo todo y aún menos usar tinte. Finalmente acordamos unas mechas rojas muy discretas. 

Cuando empezó a cortarme el pelo empezamos a conversar, nada del otro mundo, de donde eramos, hicimos un poco de broma sobre el color del tinte. Me corto mucho ante estas situaciones. De hecho ante cualquier situación, nunca se que hacer o decir, así que procuro callar y hacer poco. Aún así la cosa fluyó;

-Pues yo vine a esta ciudad temporalmente y ya ves, me he quedado ya. Pero estoy algo solo, no tengo muchos amigos, tengo la sensación que todos fuman porros-me contaba mientras cortaba mi pelo. -No se Gato, no encuentro a buena gente.

Que pronunciase mi nombre se me hacía extraño. Sonaba a cercano aunque no llevásemos conversando ni 20 minutos. Sonaba a una insinuación, a que, con algo de esperanza sugiriese ser amigo mío.

La cosa siguió. Mientras se aplicaba el tinte yo estaba en la otra sala con A, y mientras atendían a otros clientes, los dos peluqueros, mi amiga y yo hacíamos algo de broma. 

Destaco como situación cuando la peluquera le dijo a A que le quería cortar el pelo mucho(debido a su mal estado), y ella pedía que solo las puntas. Llegaron al acuerdo de que le cortaría solo las puntas a cambió de que A volviese dentro de un mes. Y a nuestras espaldas, mi peluquero añadió:

-Y Gato también tiene que volver, que si no se corta cada mucho el pelo.

Ese comentario me hizo sentir especial

Llegó la hora de quitarme el tinte en el labvado de pelo, se encargó de ello la chica debido a que mi peluquero estaba atendiendo a otros clientes. Ella fue rápido y no estuvo demasiado tiempo ya que tenía que lavar el pelo también a A. Cuando ya estaba seco entró mi peluquero y preguntó;

-Le has hecho el masaje (capilar) a Gato?

-No, he tenido que ir rápido para estar con A - Contestó la peluquera.

-Pues Gato, la próxima vez que vengas yo me encargo de hacerte dos. Me lo apunto.

Finalmente me secó el pelo y me peinó y quedó algo bastante discreto pero diferente. Y me tocó esperar a mi amiga ya que su proceso era más largo que el mío.

Cuando acabamos nos pidieron hacernos una foto para la página web, y la chica bromeó diciendo;
-Poneos más juntos que parezca que sois amigos.

-Pero no sois pareja, no?-Preguntó con cierto tono de preocupación mi peluquero.

Tras la foto nos fuimos ya para nuestras casas.


Toda esa sobrada atención y ganas de hablar conmigo o de volver a verme me sobrepasaban. La verdad es que ese chico me hizo sentir que había algo de electricidad, una electricidad que me paralizaba. Una conexión que carecía de palabras y solo requería alguna mirada. Me sentí bien al ver que alguien así me prestaba atención, y de algún modo flirteaba conmigo. 

No pasó nada más, tampoco yo estaba interesado en él. Pero si tengo que ir otra vez a la peluquería, se dónde iré.



Chicos, ligar en la vida real es bien.

Un bloggerabrazo.

(No se si os habreis percatado que trato de escribir de un  modo más adulto y poético, con ánimo de embellecer mis textos, desde hace un par de entradas. Si no es así, no he dicho nada.)

Mi novio; Pingüino

Realmente este año ha sido un tanto horrible, y si habéis leído mis entradas anteriores comprenderéis el por que.  Pero toda mala racha...