miércoles, 11 de junio de 2014

La selectividad y mi primera charla con Lobo. (Parte 1)

Esta mañana me he levantado a las 6:30 sabiendo que era un día importante, pero no tanto como yo me lo imaginaba. 

Era el primer día de la selectividad y habíamos quedado a las 7:30 en la plaza de la Universidad. Me encontré allí con todos mis amigos de clase, y empezamos a comentar que nos preguntarían en el examen y esas cosas, siempre me río un montón con ellos y pienso lo mucho que les echaré de menos cuando empiece la Universidad.

Nos dirigimos a ver cual era nuestra aula, en que facultad nos tocaba y esas cosas. No tengo demasiado claro como estábamos divididos, pero estábamos por orden alfabético mezclados con algunos otros colegios que también hacían la selectividad allí.

Me tocó el aula 33, que iba de la letra M a la letra P. Por suerte me tocó ir con muchos amigos, y mientras esperábamos delante de la puerta 33 a que nos dieran instrucciones para los exámenes y nos abriesen la clase, estaba hablando con ellos en un grupito rodeado de gente de otros colegios. De repente pasó por delante de mi un chico que me sonaba, y cuando recordé de que me empecé a poner más nervioso por ese hecho que no por el examen.  Ese chico iba al instituto de Lobo.

Giré la vista y a unos metros estaban los alumnos que se les había asignado el Aula 31, y entre ellos estaba Lobo entre su grupo de amigos. En algún momento pasó por detrás de mi, pero no coincidieron miradas.

Entramos en el Aula a hacer el primer examen, todo muy formal y cuadrado. El examen no era difícil. Cuando acabé salí al pasillo, y luego al exterior a un banco donde estaban mis amigos sentados y empezamos a comentar el examen. De vez en cuando yo dirigía la mirada hacia donde estaba Lobo, sin saber por que sentía esa necesidad de mirarle y saber donde estaba en todo momento.

Entramos otra vez al pasillo debido a que faltaban 15 minutos para que empezase el siguiente examen. Nos sentamos delante de la puerta 33 con mis amigos a esperar a que empezase el examen y nos abrieran el aula. Y de repente, vi a Lobo bajando por las escaleras. Y cruzamos miradas. Entonces él sonrió y se dirijió hacia mi...





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